¿Te ha pasado alguna vez que parece que todo se tuerce o se pone patas arriba?, ¿Que nada te sale bien?, ¿Que puertas estaban a punto de abrirse y de repente se cierran?. Todos hemos pasado alguna vez por temporadas donde todo o casi todo sale mal. Es cuando nos preguntamos, me habrán hecho un trabajo?, ¿tengo un mal de ojo, o una envidia?. Y estamos que no levantamos cabeza, irritables, y con el ánimo bajo.
Estás tan mal que buscas en internet, pruebas terapias y técnicas de todo tipo, y algunas funcionan un poco, otras te aportan claridad, pero no terminas de levantar cabeza.

Explorar los registros akásicos puede ser una experiencia reveladora y transformadora. A través de esta conexión con nuestra propia esencia divina, podemos acceder a información muy valiosa sobre nuestro propósito de vida, nuestras relaciones y nuestro crecimiento espiritual.

La lectura de registros akáshicos es una poderosa herramienta que nos permite acceder a la información del alma y descubrir los obstáculos que impiden nuestro crecimiento personal y espiritual, así como entender los aprendizajes que necesitamos asimilar para seguir nuestro camino de vida.

¿Los bloqueos de dónde vienen?

Los bloqueos provienen de cuatro fuentes principalmente :

  1. La primera tiene que ver con nosotros mismos. Hacen referencia a experiencias, pensamientos, emociones, patrones , creencias limitantes.
  2. La segunda es un intercambio energético natural que se produce cuando interactuamos con los demás. Esto sucede cada día en todas las áreas de nuestra vida. En este punto aparecerían los llamados ladrones de energía, vampiros emocionales, en definitiva, las personas que nos roban la energía pero que muchas veces forman parte de nuestro día a día. Por supuesto, también entrarían los bloqueos relacionados con las proyecciones de energía que hacen los demás sobre nosotros. Seguro que todos sabéis de lo que hablo porque es muy habitual este tipo de bloqueo. Entre las proyecciones más habituales, en las lecturas de registros akáshicos me suelo encontrar con formas de pensamiento negativo, maldiciones proyectadas en la persona, incluso hechizos o trabajos que han realizado sobre la persona para causar un daño energético o manipulación y que se pueden limpiar en la sesión.
  3. La tercera es el Inconsciente Colectivo. Aquí hacemos referencia a todo aquello que nos conecta como humanos. Donde están los valores, creencias, experiencias de la humanidad. Por nuestra propia condición todos estamos conectados ahí. Es algo necesario, pero ¡ojo!, a veces hay creencias cuyo origen está aquí, en el Inconsciente Colectivo, que lejos de ser positivas y nutritivas para nosotros, nos bloquean en nuestro desarrollo personal y espiritual. Un claro ejemplo tendría que ver con creencias relacionadas con la importancia de lo material por encima de cualquier otra cosa, el concepto de superwoman que se nos aplica a las mujeres, etc.
  4. La cuarta es el Linaje familiar, que se haya impregnado de alguna manera en nuestro sistema energético. Son bloqueos que ya tenían nuestros padres y ancestros. Pueden estar en nuestro ADN o en la historia de nuestra familia. Es muy habitual encontrarme en las lecturas de registros akáshicos las típicas situaciones donde «todas las mujeres de mi familia nos hemos divorciado». Aquí se refleja cierto patrón, cierta lealtad donde todas han pasado por procesos de divorcio. Vendría a ser como una lealtad femenina y romper ese círculo conllevaría a que «no todas las mujeres de mi familia se divorcian», liberando así a las futuras mujeres de la familia de esa lealtad invisible.

Al identificar estos bloqueos a través de la lectura de registros akáshicos, podemos trabajar en su sanación y liberación. Esto nos permite deshacernos de las cargas emocionales y las limitaciones que nos impiden avanzar en nuestra vida. Al hacerlo, abrimos espacio para el crecimiento personal, la expansión espiritual y el bienestar en todos los aspectos de nuestra existencia.

¿Que cambios notaré?

Depende de las personas, muchas refieren mayor serenidad después de la sesión, otras refieren una crisis curativa en forma de dolor de cabeza, estómago, sueños muy vívidos, pero después la sensación es de tranquilidad y seguridad. A veces otras personas no notan especialmente un cambio tan notorio, pero la gente de su entorno, nota algo y suelen ser habituales los comentarios: «¡Qué guapa estás!. ¿Qué estas haciendo?», «Te noto más tranquila, más alegre, etc.».

Las personas suelen sentirse más ligeras, con mejor humor, más relajadas, más seguras de si mismas, más empoderadas y poderosas, menos reactivas a eventos externos (se alteran menos por cosas que antes les hacía alterarse mucho) y con un sueño más reparador.

En otro orden de cosas, al ampliar la conciencia y empoderarse, muchas personas deciden hacer cambios en sus vidas como trabajar de manera alineada con su misión, desarrollar sus talentos, implementar ambios en la manera de relacionarse con otros y consigo mismos, etc.

Los cambios los notas cuando, pasado un tiempo y echando la vista atrás, ves que han evolucionado bastantes cosas en tu vida. Hace unos días trabajé con una señora ya mayor que atiendo cuando lo necesita de manera muy puntual y me hablaba de su hija, a la que he atendido de manera más regular. Refería comentarios del tipo: ¡Cómo ha cambiado ella!, ¡Lo bien que le va ahora el trabajo!, Cuando hablo con ella al teléfono la noto más cariñosa, etc. Me sentí reconfortada por ellas y por el reconomiento de mi trabajo.

En resumen, la lectura de registros akáshicos puede revelar los bloqueos presentes en el alma y brindarnos la oportunidad de sanarlos. Es un camino hacia la liberación emocional y el empoderamiento personal. Si deseas explorar tu propio viaje interior y desbloquear tu potencial más profundo, considera una lectura de registros akáshicos como un valioso recurso para tu crecimiento espiritual y personal.

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