El alma siempre sabe qué hacer para curarse a sí misma. El desafío es silenciar la mente. (Caroline Myss)
En el post de hoy, y después de este gran paréntesis quisiera remarcar 3 cuestiones claves:
- El cerebro está hecho para pensar.
- La mente y el cerebro están interconectados.
- Cuando hay ruido no escuchamos la voz de nuestra alma.
1. El Cerebro está hecho para pensar, y no pienses en no pensar.
Es una realidad. Las personas tenemos una media de 60.000 pensamientos diarios, y como os podéis imaginar, estos son negativos, neutros y positivos. Hay que aceptar que una de las funciones de este maravilloso órgano es esa y la cumple a la perfección. Muchos de esos pensamientos son negativos, y es función de nuestra mente no prestar atención a algo que es una función fisiológica. Es decir, cuando en determinada literatura se nos emplaza a estar sustituyendo permanentemente los pensamientos negativos por positivos, y ahí es donde nuestra mente hace un sofreesfuerzo que ni es natural, ni nos va a llevar a ningún sitio. Cuando somos capaces de relativizar, contextualizar, o sencillamente no prestar atención a los mismos, ahí nuestra mente está siendo capaz de gestionar de manera óptima una función vital para la vida y que es desarrollada por el cerebro. Tal y como promueve el budismo, el desapego es lo mejor para un cerebro especialmente activo y una mente saturada de pensamientos . Cuando eres capaz de no dejarte llevar por esos pensamientos, y cuando eres capaz de no darles importancia, ahí tu mente está jugando a tu favor. Por el contrario, si te enganchas a los mismos, les das importancia, y crees que tu eres tus pensamientos, ahí tu mente lejos de ayudarte te boicotea.
2. Mente y Cerebro están interconectados siempre.
Lo hemos avanzado en el punto anterior. Usando un simil de ordenadores, el cerebro es el hardware y la mente sería los programas que utiliza ese ordenador para procesar la información. El cerebro es el soporte físico a través del cual se objetivan las funciones de la mente, y se expresan, según los casos, diferentes grados y profundidades de conciencia.La mente es la capacidad de pensar, razonar, ordenar ideas, crear relaciones entre ellas, concebir cosas, ver con y más allá de los sentimientos.
Entre las funciones de nuestra mente, está la de discriminar los pensamientos, es decir, a qué prestamos atención y a qué no. Os podéis imaginar que en épocas de estrés tanto mente como cerebro van a estar descontrolados y generando una cantidad ingente de pensamientos e ideas, que con una alta probabilidad no nos van a ser de ayuda en nuestro día adía. Ahí, el poder contextualizar y darte cuenta de tu momento de estrés te va a ayudar enormemente a no darles mayor importancia.Cuando hay ruido no escucho la voz de mi alma.
3. Cuando hay ruido, no escuchamos la voz de nuestra alma; ruido que nos saca de nuestro camino
Y el tercer punto, que engloba los dos anteriores, es justamente el poder darnos cuenta de que cuando podemos discriminar los pensamientos, contextualizarlos y entrar en un estado mental de cierta relajación, ahí podemos empezar a escuchar la voz de nuestra alma. A través de una mente calmada podemos entrar en conexión y mirar hacía dentro.
Conclusiones
Es el momento de entender nuestro cerebro y nuestra mente como un todo. De darles su lugar desde la aceptación y saber que nosotr@s no somos lo que pensamos. Somos mucho más: Somos experiencias, valores, orígenes, emociones, y acciones. Así que la próxima vez que estés tentad@ de fustigarte por tus «malos pensamientos», respira, contextualiza, y asume que forma parte de nuestra condición humana pues está en nuestra fisiología.
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