Mañana entraremos de lleno en el invierno en esta parte del mundo. Los días se hacen cada vez más cortos y el frío, y la nieve en muchos lugares van a cambiar el paisaje de manera drástica. Los ciclos de la naturaleza también son nuestros ciclos. Formamos parte de la naturaleza, no la poseemos sino que vivimos en armonía en ella. Bueno, esto último tal vez es un deseo más que una realidad, porque en muchos lugares el respeto hacía la madre Tierra es nulo.
Enlazando con nuestros ciclos es el momento idóneo para reflexionar y meditar sobre nosotros mismos. Es un buen momento para volver a tu Registro Akáshico y explorar más allá de lo aparente. La noche más larga del año es propicia para ello y nos invita a adentrarnos en nuestra oscuridad. Si observamos los árboles de hoja caduca veremos que estos ya han perdido sus hojas. Es una muerte que anticipa un renacimiento en primavera, y para nosotros que formamos parte de la naturaleza nos invita a dejar morir todos aquellos patrones, creencias, apegos, formas de actuar, para poder dar paso a lo nuevo. Es un dejar morir para dejar espacio para la nuevo sabiendo que esto último siempre llega. Los árboles pierden sus hojas para dar paso a otras hojas nuevas en primavera. Y todo sigue. En este proceso de dejar morir y de reflexión: «¿Qué cosas te gustaría dejar morir?» «Qué apegos tienes que hacen que estés dependiente de algo o alguien y por consiguiente restándote libertad para elegir y actuar?». Es un momento para tomar lápiz y papel y anotar todo aquello que desees que muera en el invierno desde una reflexión profunda, honesta, adentrándote en tu propia noche, en tu propia sombra. Es en tu sombra donde encontraras también riqueza y una información plena que te va ayudar en tu propio camino de descubrimiento. Al final y al cabo venimos a descubrirnos a nosotros mismos, a conocernos, a observarnos.
Siguiendo la tradición Wiccana, simbólicamente hablando este momento se conoce como Yule y representa el renacimiento del Dios después de su muerte en Samhain (Mes de Octubre). Esta celebración corresponde al solsticio de invierno.
La naturaleza duerme, descansa para dar paso a una tierra más fecunda. Es el momento de mayor oscuridad antes de que la luz regrese, sabiendo que la luz volverá y traerá consigo nuevos frutos, nuevos retos, logros, y esperanzas. Es un momento de espera, donde si lo aprovechas bien hallarás belleza en esa oscuridad. Se necesita tiempo para despertar a un nuevo ciclo después de la muerte. La vida espera bajo la tierra el momento de renacer.
Feliz Yule y con valentía y honestidad te invito a adentrarte en tu propia noche.